El retrato literario es el recurso que utiliza el escritor para presentarnos los personajes con sus características físicas y psicológicas, hacerlos creíbles, cercanos y visibles.
Luego de leer El doble de Ricardo Mariño, los chicos se enfrentaron al espejo para describir a su doble, aquel que vive del otro lado del espejo.
Cuando tenía 3 años conocí a alguien. Una persona nueva, idéntica a mí. Se llamaba Joaquín, como yo. Todas las mañana lo veía en el baño. Era flaco, tenía dos ojos marrones y confiables, lectores, una gran nariz, una boca seca pero con dulces palabras que salían de su adentro. Medía 1,05m de altura. Cabello despeinado y marrón en el helado frío y amarillo en el cálido verano, dientes deformes pero cien por ciento blancos, unos dedos mal acomodados y mugrientos. Dos piernas largas y rápidas, piel apenitas oscura, unas palmas fuertes y blandas, un cuello cortito pero suficiente para su altura. Pies largos y grandes para su edad. Una frente bien grande, venas que pasan por todo su cuerpo transmitiendo un líquido como la manzana máas roja del mundo. Una mente astuta y grande. Brazos delgados pero fueres. Un corazón amoroso y grande y un alma tan brillante como el sol que da vueltas por su cuerpo. Y por último, una risa diferente que cambia en cualquier momento y es fácil de escuchar.
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Joaquín W.
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