Después de leer El diario del Capitán Arsenio, de Pablo Bernasconi, el taller se convirtió en un laboratorio. Los chicos se convirtieron en Profesores Doctores y como buenos científicos investigaron, descubrieron y elaboraron teorías sobre química, astronomía, física, anatomía y biología. Algunas muy locas, loquísimas que seguramente saldrán publicadas en alguna revista de investigación para ficticia.
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