Tuvimos la suerte de acceder a documentos inéditos, inauditos, inclasificables: los diarios de Helena, la planta carnívora de Hilario Estambre. A través de ellos conocimos sus viajes juntos por China y Alaska, las aventuras en el desierto de Sonora; el terror de Hilario a las lagartijas y el desprecio de Helena por las alcaparras. Continúa siendo un misterio el lugar en donde se encontraron dichos textos. Algunos creen que aparecieron en un baúl abandonado, otros dicen que surgieron espontáneamente del interior de una sandía okinawense.
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