Ayer continuamos leyendo Suerte de colibrí de Gerrmán Machado que nos tiene cada vez más atrapados. Le dedicamos la tarde a corregir los cuentos de la vez pasada; los que ya lo habían hecho, imaginaron una historia en donde el eje principal fuera el suspenso, un misterio a resolver. Una serie de asesinatos en el mundillo de la moda demostraron que no todas las personas pueden ser delincuentes calificados, algunos, deberían limitarse a oficios más humildes, como la Alta Costura.
There are 0 comments