Como si estuviésemos en un museo de luces y sombras, preparamos pequeños escenarios en miniatura que iluminados con velitas, sirvieran de inspiración para escribir historias.
Para entrar en tema, primero leímos la adaptación de Mario Lillo y Roberto Cubillas de la leyenda aymará La noche del Tatú, así como La niña que iluminó la noche de Ray Bradbury.
Pájaros mágicos, antiguas fortalezas abandonadas, niños que esperan ansiosos la llegada de la navidad, delfines que enseñan a nadar; son algunas de las representaciones que esta tarde nos brindaron las sombras.
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