Ayer recurrimos a la opinión especializada de dos ilustres criptógrafos, para ver si ellos podían descifrar los misteriosos manuscritos. Dos nuevas historias salieron a la luz: la de la silla que se vio forzada a saltar aros incendiados en circos remotos y la del chino que entendió que lo más lógico en la vida, es tomar las decisiones más absurdas.
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