Leímos El retrato oval, de Edgar Alan Poe y mientras algunos chicos terminaban el retrato de el doble comenzado la clase pasada otros comenzaron a escribir el diario del artista.
Era un día particular, Carlos Vincigore vino a retratarse. Fue difícil. Estaba sentado diferente a todas las personas que había retratado hasta ahora. Su mejilla estaba apoyada sobre la palma derecha como si estuviera cansado. Efectivamente, acababa de llegar de una excursión. También tenía los ojos entreabiertos, como a punto de dormirse. La ropa de moda en 1804 eran pantalones negros y camisa blanca pero él no llevaba puesto eso.
Milo
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