Ayer comenzamos a corregir los cuentos que van a formar parte de la antología de la noche y leímos dos historias cuyas protagonistas vienen de latitudes muy lejanas: del mar Cetáceo una y de Alaska la otra. Nos concentramos en definir el nudo de ambos relatos para que la acción pudiera avanzar. Uno de los autores dijo que buscaba un nudo leve, sobretodo porque tenía muchas ganas de ponerse a leer Tintín y de un plumazo envió a su heroína al otro lado del mundo a través de un agujero en la tierra, esperando que allí se las arreglara sola.
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