Después de haber escrito textos y haber dibujado retratos maravillosos llegó la última clase del taller Identikit. Los chicos se dedicaron a dibujar fragmentos de un rostro para elaborar un identikit. Un ojo, una nariz, una boca, una oreja, una mirada, una dentadura, una mordida.
Mientras escuchaban las descripciones hechas por Fray Mocho fijando la identidad de un grupo de ladrones para que puedan ser reconocidos en plena calle, los chicos fijaron por medio del dibujo rasgos únicos, fragmentos de un identikit.
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