Entre rayos y centellas, lluvia y granizo nos despedimos de la última clase detectivesca del año. Leímos un cuento de “El último espía”, de Pablo de Santis, analizamos huellas digitales, aprendimos nuevas técnicas de ocultamiento y desciframiento de mensajes y por sobre todas las cosas, escribimos. Una nueva camada de detectives está lista para resolver misterios en la ciudad de Buenos Aires.
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