Para darle un cierre a nuestras historias exageradas, leímos Superjuán o cuento grande como una casa, de Elsa Borneman. En una escuela del interior, cualquier acontecimiento cotidiano puede llegar a ser extraordinario si es contado por alguien como Juan, que ve tiburones en los peces dorados del río y se inventa un papá que puede tocar las estrellas con las manos.
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