Hoy leímos el mito de la tejedora Aracne, que castigada por su orgullo desmedido fue transformada en araña por la vengativa Artemisa. Después los chicos se propusieron terminar historias que aún no tenían final. Dos o tres palabras escritas a lápiz, pueden cambiar la suerte de un monstruo comedor de pepinos o de un señor que entra a una hamburguesería y termina ganándose un viaje a la luna; ignorantes ambos de su destino.
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