Hicimos una lista de animales que a los chicos les parecía que merecían poesías. Una lista larguísima y arbitraria. Una araña merece una poesía pero un cerdo no, una serpiente tampoco pero un murciélago sí. Veremos si a lo largo de los días, el cerdo que para mí es un animal muy simpático, puede ser incluido en la lista. Veremos. Los chicos eligieron un animal y le escribieron un poema, doblaron la poesía y la guardaron en un libro de origami que ellos mismos plegaron.
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