El 26 de enero de 1850 una niña se internó en un bosque a buscar bayas y volvió al pueblo al atardecer. La gente le dijo que habían pasado 200 años desde ese día. La llevaron a un hospital en donde corroboraron tras varios estudios que no había envejecido en lo absoluto. Entre las hipótesis que circularon alrededor de este caso insólito, se dijo que había atravesado un portal del tiempo; tomado psicotrópicos o que era llanamente una psicótica. Casos como éstos desvelan las noches de los curiosistas, ávidos de respuestas ante lo inexplicable.
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