Roald Dahl por Quentin Blake
Después de enfrentarse a leones en Tanzania y de recorrer Egipto y Libia en avión, Roald Dahl se dedicó a inventarle historias a sus hijos. Gracias a eso, hoy podemos leer libros tan maravillosos como El dedo mágico. A partir de él , imaginamos poderes ocultos en frutos tropicales, pájaros o falanges extraordinarias.
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