Nina, una de las tantas personas mágicas que hace funcionar la máquina de contar historias los días martes, consiguió que la máquina elaborara un principio de historia fascinante
Hace mucho tiempo vivía una risa que quería apoderarse del mundo. Un día apareció un monstruo alado y le dijo, si quieres apoderarte del mundo te digo que no será fácil.
El monstruo alado ya se había materializado en el taller cuando Nina tuvo que irse y la risa quedó resonando entre los libros. El monstruo alado quedó toda la noche esperando que alguien continuara con su historia. Por suerte el miércoles llegó un equipo poderoso de continuadores de historias y en un ir y venir de lapiceras deslizándose por los renglones se escribieron varios finales posibles para esa risa ambiciosa.
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