Erguidas sobre sus múltiples patas, las criaturas monstruosas esperaban con ansiedad la llegada de sus creadores . Después de leer Virgina Lobo, de Kyo Maclear, inauguramos pelajes y cabelleras y terminamos de redactar vida y obra de nuestros monstruos. En la penumbra, ellos hablaron: nos contaron que se puede vivir en una caja de ravioles o en un bosque invernal; que muchos de ellos temen a los humanos y otros, adiestran legiones de ninjas con espadas pinchudas para que protejan la entrada de sus laberintos infinitos.
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