Ayer leímos Mis tíos gigantes, escrito por Nicolás Schuff e ilustrado por Javier Reboursin, además de reírnos mucho tomamos conciencia de que muchas veces a la hora de escribir recibimos visitas indeseables que cuchichean alrededor nuestro, nos llenan de dudas y nos quitan las ganas de escribir. Pensamos qué antídotos, recursos o amuletos usar para hacer desaparecer esas voces y uno que probamos y nos dio resultado fue escribir con la cabeza de otro, con la cabeza de un probador profesional de toboganes, la de un psicólogo o la de un cerrajero.
There are 0 comments