Las islas tienen sus manías. Algunas solo pueden ser encontradas por personas de buen corazón; otras festejan el Día del náufrago o están íntegramente cubiertas de frondosos bosques que solo dan chuletas de ternera; como en la Historia de los cuatro niños que dieron la vuelta al mundo, de Edward Lear. El que busque conocerlas necesitará sin duda de una práctica guía de viajes que solo los expertos del Taller del Zorro podrán facilitar.
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