¿Qué hace el viajero cuyo avión se estrella en una isla desierta? ¿ Y si se trata de un grupo de niños? Ralph y Piggy nadan, comen fruta, ríen, temen y descubren que las caracolas también pueden servir para convocar a otros niños desolados a la playa. Comenzamos a leer El señor de las moscas, de William Golding y ya quedamos atrapados entre sus páginas.
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