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Historias alrededor de Carlotta Bonnecaze
14/04/2021
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Carlotta Bonnecaze, 1896

-Oíd, oíd, su Alteza Lady Hudié, ha llegado.

Siempre me había gustado que me presentaran así, me hacía sentir importante, cosa que sin dudas soy. 

-Buenos días, Lady Hudié, esperamos que su estadía aquí sea placentera, todo por nuestro Gran Duque y su encantadora hija- dijo el Conde Comadreja, que llevaba años aguardando nuestra visita a sus tierras. 

-Así será. El lugar es sublime, y aunque nada sea digno de comparación a la belleza de mi jardín real, tan solo poder contemplar este bello paisaje cada mañana alegrará mi alma. 

-Detrás de la gran roca se encuentra el palacio en el que se hospedarán, un paje los escoltará hasta allí. 

Una de las comadrejas puesta a nuestro servicio nos acompañó hasta los aposentos y fueron cargados nuestros baúles y enseres. 

Mi alcoba era grande y espaciosa, casi digna de una duquesa. Luego de que mi dama de compañía cambiara mi vestido por uno apropiado para la tarde, nos dirigimos al salón principal a disfrutar de un té en mi honor. Estuvo agradable, aunque extrañé el sabor de las madreselvas de la infusión real. 

-Sabrán disculparme, pero es evidente que el viaje no me ha sentado bien y debo retirarme a mis aposentos- anuncié en mitad de la velada, tras sentirme un poco mareada.

-Claro que no es molestia, su alteza. Esperemos que descanse bien, así mañana podrá disfrutar del banquete- contesto el Conde Comadreja al tiempo que hacía una reverencia.

Mis ojos amenazaban con cerrarse mientras me dirigía a mi alcoba, pero resistieron hasta que pude reposar mis alas en el edredón de seda. 

Me desperté sobresaltada, era de noche, ¿Cuánto tiempo había dormido? 

Apareció una figura en la oscuridad y se acercó a mi cama, quise gritar pero no podía, era como si mi garganta se rehusara a hacerlo. Entonces sentí como el frío de una daga perforaba mis entrañas. 

-El trabajo está hecho… —le escuché decir—

Ese fue el final, el grito que estaba atascado en mi garganta salió y fue el último sonido que escuché antes de que todo se tornara negro, y se apagara, así como mis sueños de casarme, ser feliz y gobernar mi ducado.

Sarah López, abril 2021.

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