Los mascarones de proa, creían antiguamente los marineros, en especial las figuras de mujeres, tenían el poder de aplacar las tormentas; mientras que silbar despertaba a los vientos; los gatos eran apreciados a bordo, pero los pingüinos estaban terminantemente prohibidos. Cada superstición náutica encierra una historia y nos propusimos desentrañarlas, inventar nuevas y escribir a partir de ellas.
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