Ulises y su tripulación son advertidos por Circe de los peligros que enfrentará su barco al día siguiente. El temible canto de las sirenas los tentará y los obligará a cambiar de rumbo. La tentación de dejarse seducir por la dulce voz de esas criaturas marinas y disfrutar de las bellísimas canciones es enorme. El inteligente Ulises, atándose al mástil, consigue disfrutar de las canciones sin dejarse arrastrar por ellas.
¿Qué le sucedería a los guardianes de faro una noche de niebla de pleno invierno en medio de la soledad de las islas? ¿Qué tipo de Caribdis, Escilas o sirenas aparecerían para provocarlos?
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