Gracias a las crónicas de Carolina Reymúndez publicadas en su blog, Viajes Libres, el explorador ansioso podrá, en una misma tarde, tomar té de manteca de Yak en una carpa tibetana y visitar una reserva de animales salvajes en Zimbawe, o probar quinotos en almíbar en San Juan y conocer a una señora que llama Anselmo al viento, para evitar convocarlo con su verdadero nombre.
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