Ayer seguimos construyendo la historia para nuestro próximo kamishibai. No podemos adelantar mucho, sólo ya sabemos dónde ocurre todo y quiénes son sus protagonistas. El problema es que atamos el nudo de la historia tan apretado, que aunque lo estudiemos con un microscopio de pulgas circenses, todavía no podemos desatarlo. Esperemos que algún personaje se nos aparezca en sueños, o en la parada del colectivo y nos sople al oído la respuesta.
A los interesados en paraguas circenses y pulgas prestidigitadoras, podemos recomendarles El paraguas amarillo, de Franz Rosell y La pulga y el profesor, de Hans Christian Andersen.
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