Ayer leímos entre todos “Ver llover”, de Germán Machado y fueron apareciendo diluvios hechos de palabras.
Después los chicos escribieron sus propios poemas dedicados a la lluvia; algunos, eran recetas para convocarla; otros, tempestades de sonidos. Para contener semejante desborde acuático, los guardamos adentro de un libro, ocultos en una flor de origami.
There are 0 comments