Hoy comenzamos leyendo “La niña que iluminó la noche”, de Ray Bradbury y como en el cuento, apagamos las luces para ver qué encontrábamos en la oscuridad. Entonces se encendieron los habitantes del recetario de sueños de Isol; ballenas, monstruos peludos, extraterrestres luminosos. Las chicas inventaron historias para ellos, algunas breves como una siesta de colectivo y otras, tal vez infinitas, recopiladas como “Todos los sueños de la vida de Carlos”.
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